El pollo a l’ast, también conocido como pollo asado a la brasa o a la rotisserie, es un plato tradicional que se ha convertido en un clásico en Barcelona y en muchas otras regiones del Mediterráneo. Este método de cocinar aves en un asador giratorio es una técnica que tiene raíces en la cocina europea y mediterránea, y que ha evolucionado a lo largo de siglos hasta convertirse en un ícono de la gastronomía popular.
Orígenes del pollo a l’ast
El método de cocinar en ast se remonta a la Edad Media en Europa, donde la carne se asaba lentamente en un espetón giratorio sobre las brasas, permitiendo una cocción uniforme y una piel crujiente y dorada. Con el tiempo, este estilo de cocción se perfeccionó en distintas regiones de Francia y España, dando lugar a un plato popular entre campesinos y nobles. A partir del siglo XVIII, con la aparición de las primeras máquinas de asado que giraban automáticamente, esta técnica se expandió aún más, consolidándose en restaurantes y mercados.
La llegada del pollo a l’ast a Cataluña
En Cataluña, y particularmente en Barcelona, el pollo a l’ast se popularizó en el siglo XX, cuando comenzaron a surgir pequeños locales especializados que ofrecían este suculento plato, fácil de llevar y compartir en casa. El auge de las pollerías en la década de 1960 y 1970 coincidió con el crecimiento urbano y la vida ajetreada de la ciudad, lo que hizo que el pollo a l’ast se convirtiera en una opción conveniente para las familias. No solo era rápido y económico, sino que la cocción lenta en el ast hacía que el pollo adquiriera un sabor y textura irresistibles, con la piel dorada y crujiente y la carne jugosa y tierna.
El pollo a l’ast hoy en Barcelona
Hoy, el pollo a l’ast es mucho más que una comida para llevar: es un símbolo de la gastronomía popular en Barcelona, y una tradición que muchas familias disfrutan especialmente los fines de semana. En lugares como La Cuixa Daurada, el arte de asar pollo a l’ast sigue vivo y evoluciona. Este establecimiento no solo se dedica a preparar el clásico pollo a l’ast, sino que también añade un toque especial a sus recetas con condimentos únicos y métodos de cocción modernos, preservando la esencia de un plato que conecta el pasado con el presente.
En La Cuixa Daurada, cada pollo es preparado con dedicación, conservando el legado de una técnica ancestral que sigue deleitando a los barceloneses y visitantes por igual.